Pragmatismo vs. Ciencia

 


La intersección entre el pragmatismo y el polígrafo revela una dualidad fascinante en la búsqueda de la verdad. Desde una perspectiva filosófica, el pragmatismo, como doctrina, propone que la verdad se determina por su utilidad práctica. Esta corriente, encabezada por pensadores como William James y John Dewey, sostiene que la validez de una afirmación se establece mediante las consecuencias tangibles que produce. En este sentido, la verdad se convierte en una herramienta funcional para guiar nuestras acciones y decisiones en la vida cotidiana.

Contrariamente, el polígrafo, comúnmente conocido como detector de mentiras, no se adentra en el terreno de la utilidad, sino en la realidad de los hechos. Su objetivo es descubrir la veracidad de las declaraciones midiendo respuestas fisiológicas como la frecuencia cardíaca, la respiración y la conductancia de la piel. Este instrumento, que encuentra su aplicación en contextos legales y de seguridad, busca revelar la verdad objetiva de lo sucedido, independientemente de las implicaciones prácticas.

En el trasfondo de esta dicotomía, surge la cuestión filosófica fundamental sobre la naturaleza misma de la verdad. ¿Es la verdad un concepto maleable, sujeto a las necesidades y conveniencias pragmáticas, o existe una realidad objetiva que trasciende nuestras interpretaciones y percepciones?

Desde la perspectiva pragmática, la verdad se convierte en una herramienta dinámica que se adapta a nuestras necesidades cambiantes. Las creencias y afirmaciones son juzgadas por su eficacia en la resolución de problemas y la consecución de metas. Esta flexibilidad puede ser liberadora, pero también plantea la pregunta de si la verdad, en este contexto, se diluye en meras conveniencias subjetivas.

Por otro lado, el polígrafo, al buscar la verdad en las respuestas fisiológicas, presupone una realidad objetiva que puede ser descubierta mediante métodos científicos. Sin embargo, este enfoque no está exento de críticas, ya que las respuestas fisiológicas pueden estar influenciadas por factores emocionales, culturales y psicológicos, complicando la tarea de determinar una verdad puramente objetiva.

En última instancia, la convergencia entre el pragmatismo y el polígrafo plantea preguntas filosóficas profundas sobre la naturaleza de la verdad, la relación entre la utilidad y la realidad, y cómo abordamos la búsqueda de la verdad en diversos contextos. Mientras el pragmatismo abraza la flexibilidad y adaptabilidad de la verdad, el polígrafo busca anclarla en respuestas fisiológicas con la esperanza de desentrañar la realidad subyacente. En esta dualidad, la filosofía se encuentra con la tecnología y la ciencia, invitando a reflexiones sobre la complejidad de un concepto tan fundamental como la verdad.